jueves, 25 de octubre de 2012

Personajes de la Literatura Universal

Sherlock Holmes

Todos conocemos al personaje más famoso de Sir Arthur Conan Doyle por las numerosas series que sobre él se han hecho. Además, actualmente se han filmado dos películas sobre el famoso detective que lo han devuelto a la memoria de muchos que lo tenían olvidado. Lo  cierto, es que más allá de las últimas películas protagonizadas por Robert Downy Jr y Jude Law, y la serie de televisión de la BBC cuyo protagonista era Benedict Cumberbatch, este personaje de ficción nació allá por el siglo XIX, concretamente en 1887, cuando su creador, Arthur Conan Doyle, publicó la primera novela en la que daba vida a un detective privado que desarrollaba su actividad en Londres y destacaba por su enorme inteligencia, su observación y su razonamiento deductivo. 

Los conocimientos médicos que tanto el detective, como su inseparable compañero Watson demuestran en numerosas historias, le vienen a Doyle de sus viajes por África Occidental, en los que ejerció de médico en el buque Mayumba, un par de años antes de darle vida a Holmes. 


Cuando Conan Doyle decidió crear a este personaje, muy posiblemente, mirara hacia Edgar Allan Poe y su investigador Agustin Dupin, al que podemos ver en novelas como Los crímenes de la calle Morgue, ya que tiene muchos rasgos similares al detective. Algunos de los más claros son su uso de la lógica, su inteligencia y la creatividad que ambos demuestran a la hora de resolver los misterios.

A pesar de que muchos puedan pensar que la primera novela en la que conocemos a Sherlok Holmes es en Las Aventuras de Sherlock Holmes, lo cierto es que la primera vez que Arthur Conan Doyle nos presenta al detective es en Estudio en Escarlata, en la que conocemos a un Holmes estudiente de química en la universidad. De ahí que en muchas de sus novelas posteriores y algunos capítulos de las series tanto antiguas como recientes, se nos presente al detective haciendo experimentos químicos por pura diversión.

Una de las premisas más curiosas del detective es su creencia de que la capacidad que el cerebro tiene para almacenar información es limitada, por ello, siempre le da una excesiva importancia a no almacenar datos inútiles que puedan quitarle espacio a las cosas útiles. Este tipo de creencias son las que llevan a Holmes a las discusiones más divertidas que mantiene con Watson, cuya idea de las cosas es bastante diferente. 

La última novela en la que vemos a Sherlock Holmes, será en El Archivo de Sherlock Holmes, un conjunto de cuentos narrados por el personaje de John Watson, que se publicó en 1927. 

La realidad es que este personaje de ficción parece ser inmortal, ya que ha pasado más de un siglo y aún sigue dando juego tanto en la literatura como en el cine. Pero, lo que si debemos tener en cuenta es que nunca se debe perder la esencia de Holmes cuando se "revive" a su personaje, ya que su carácter tiene unas marcas tan claras y significativas que cuando eso se altera, se pierde la esencia pura del detective.

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