martes, 17 de diciembre de 2013

Mediocridad



Últimamente estoy pensando mucho en la palabra mediocridad. El diccionario dice de ella que es “la cualidad del mediocre”, el cuál define como “de poco mérito, tirando a malo”. Yo creo que en nuestra sociedad tenemos esta palabra algo confundida. Entendemos como mediocre a la persona que tiene un trabajo medio, pero, ¿de verdad somos conscientes de lo que significa un trabajo medio? No creo que realmente el trabajo que uno tenga esté directamente relacionado con la mediocridad, más bien pienso que es la forma de hacer y tomarse ese trabajo el que te hace ser más o menos mediocre, pero sobre todo, es la manera en la que te tomas la vida la que te convierte en un ser mediocre. 

Tenemos infravalorado trabajos tan necesarios como la cajera de un supermercado, el repartidor o el barrendero, que no nos damos cuenta que es la forma de desempeñar ese trabajo la que le da calidad a una persona. Si no existieran esos trabajos, no estarían las calles limpias ni podríamos comprar en el supermercado todos los días.
Pero la mediocridad para mi es otra cosa. Para mí la mediocridad está en la forma de ser de cada uno. Es vivir sin disfrutar la vida, pensar sólo en el futuro y no darnos cuenta de que el presente es lo que construirá ese futuro, ni que a veces, no existe el futuro que imaginamos, sino que el destino nos tiene otro preparado. Mediocridad es olvidar tus raíces para alcanzar altos vuelos y olvidarse que cuánto más se sube más grande será luego la caída. Todo eso es para mí la mediocridad.


Pero sobre todo, la mediocridad es no tener unos grandes amigos de los que te hacen feliz sin más, a los que no les tienes que pedir explicaciones, ni tienes que pensar lo que decir antes de decirlo, sino que simplemente te miran y te entienden, y mediocridad es no saber disfrutar de una familia que está a tu lado siempre, estés arriba, abajo o en el medio, porque simplemente te quieren, sin necesitar preguntarles por qué.
Felicidad es pasar estas fiestas que ahora llegan en la mejor compañía, sin necesitar los grandes lujos que la sociedad nos vende. Para mí la mediocridad es no poder disfrutar de la vida, así que no lo olvides, disfruta las cosas buenas que tiene la vida y vive estas fiestas bien acompañado.

Felices fiestas