AUTORRETRATO LITERARIO
Siempre quise ser escritora. Es más,
cuando era muy muy pequeña, cuando todavía no sabía ni hablar bien, en casa me
preguntaban… ¿tú qué quieres ser de mayor?
Y yo siempre respondía: “Yo de mayor voy a sed edscritoda” Sin saber muy bien lo difícil que eso era,
pero teniendo muy claro que yo quería poder escribir aventuras de misterio y
resolver crímenes con mis historias. En otro momento también quise ser
detective y criminóloga, pero eso es otra historia…
Lo que siempre estuvo claro en mi
cabeza era que no podría vivir sin los misterios y las aventuras de resolver
crímenes y encontrar a los asesinos, ladrones o estafadores…podría haberme
hecho policía, pero eso era demasiado aburrido, mejor…escritora.
Todavía no he llegado a serlo, pero por ahí tengo bien guardado un pequeño manual de Cómo escribir novela negra que desempolvaré algún día para sentarme a plantear mis primeras líneas, mientras, me he conformado con meterme en la piel de Triexie Belden, cuando era una enana y empezaba a leer, alguno de Los Cinco, y más adelante, Enrique, el protagonista de El Anticuario, Alice Gould, de Los Renglones Torcidos de Dios o Mikael Blomkvist en cualquiera de las historias de Stieg Larsson.
Aún recuerdo ese momento en el que
empecé a estudiar en Literatura a la Generación del 98, concretamente a
Unamuno. Hasta ese momento la asignatura para mí no había sido gran cosa, parte
por los profesores, parte porque la
época medieval y de los primeros siglos no era muy emocionante para mí… Pero
llegó Unamuno, y leí el argumento de Niebla, conocí por primera vez el
significado de la Intrahistoria. No podía creerlo, ¡qué gran idea! Y me leí
Niebla, una, dos y mil veces. Me quedé fascinada por la forma en la que aquel
escritor que luego se convertiría en uno de mis favoritos contaba aquello, una
genialidad! Y entonces la literatura dejó de ser una asignatura más, y comenzó
a apasionarme, empecé a relacionar la literatura con la lectura, que hasta
entonces para mi habían sido dos cosas muy diferentes, entendí que se puede
leer por placer otros libros escritos mucho antes, que hay auténticas obras de
arte escondidas y esperándome en las bibliotecas y desde entonces, la
literatura se convirtió en algo imprescindible para mí.
Como ya he dicho antes, por ahora
estoy al otro lado de los libros, en el lado de los que los leen, pero alguna
vez y aunque sólo sea una vez para probar esa sensación, escribiré esa historia
que tengo guardada y desempolvaré el manual de novela negra….Alguna vez….