jueves, 21 de enero de 2016

Ya estamos aquí otra vez

...cielito al pie del cañon...


De nuevo llego la época más mágica del año, donde las coplas, el bombo y la caja inundan cada rinconcito de mi vida y luchan con mi rutina para que respire y me dé cuenta de que las cosas que verdaderamente importan son las que te dan fuerza para el resto de las épocas del año que no importan tanto. 

Este año el corazón también me late a ritmo de 3x4 como todos los años, pero es un año muy especial. La vuelta del niño 13 años después me hace pensar en aquella época dorada de festivales con amigos, de cantar gritando, sintiendo cada letra y cada nota, de adolescencia explotándome en el alma, de coplas que me hacían llorar y sentir con mucha más intensidad y revolvían mis entrañas hasta ponerlas del revés. La vuelta ha sido muy esperada y de nuevo me ha vuelto del revés. 

Ya he entrado en ese círculo en el que todas las noches me duermo escuchando coplas, sueño con mi Falla y me despierto cantando las coplillas más bonitas que suenan en mi cabeza...
Sin embargo este año están siendo y serán unos amargos carnavales por la distancia. Escuchar las coplas fuera del Falla está siendo cada día más díficil para mí, necesito Falla, ese es el veneno, pero este año..no puede ser... saber además que viviré el carnaval en la calle sólo a medias tampoco me ayuda. Hace muchos años me prometí a mi misma que el carnaval debía tener en mi vida toda la prioridad, por salud y por necesidad, pero la realidad no es esa, la realidad es que este año viviré un carnaval Cobarde y Divino sólo a medias.... 

Detalle foto de Julio González


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