jueves, 23 de junio de 2016

No te vayas, poeta



No tengo memoria para recordar desde cuándo te conozco, tampoco desde cuando te admiro. Solo recuerdo aquellas velás de plazoleta en familia donde siempre estabas tú. Crecí, y este veneno crecía conmigo,  y te buscaba en los festivales, las plazas y las tablas, y siempre estabas ahí. No recuerdo esto sin ti. 

El que no lo siente, no entiende que el veneno crezca y sea enfermedad y medicina de malos momentos, solución de malos pensamientos y suavidad para el alma. Tu poesía me ha llenado siempre y ha sido mi refugio en los malos momentos, y felicidad plena y absoluta en aquellas situaciones que no se olvidan nunca. Y tus risas han sido mis risas. No me imagino esto sin ti. 

Me decías ayer, "...Nadie es imprescindible..." , ¡cómo te equivocas!, claro que hay imprescindibles en este mundo, los que te alegran, te acompañan en las penas, te dan las risas del día, te abren su gran corazón, los que están..., los de siempre. No existe esto sin ti. 

Decía el poeta, ...el otro, "y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido..." Y es que las cosas no tienen mucho sentido sin ti. Este mundo sin ti, las coplas sin ti, las tablas sin ti, las calles sin ti. Nada tiene sentido así, sin ti. 

Fueron muchos años escuchándote y disfrutándote en la distancia, hasta que de pronto un día, ese día, estabas ahí, frente a mí, a mi lado y desde entonces todo cobró un sentido aún más sincero, intenso e increíble. Ya no sólo escuchaba tus letras, ahora las sentía y las entendía mucho más, desde ese momento os acompañé en todo lo que pude, para no perderme ni un minuto, ni un momento, ni un respiro de alegría, no quería que se me escapara ni una sola risa, porque cada carcajada que daba contigo eran años sumando en mi vida. Pensar ahora en que eso pueda terminarse es como dejar pasar millones de recuerdos que llenan mi memoria. 


¿Sabes esos nubarrones negros que llegan de pronto en un día soleado, una semana soleada...? y te inundan de esa maldita oscuridad que no te deja ver nada más. Dicen que los nubarrones pasan, pero yo creo que tardan en pasar, porque algunos llegan grandes, grandes. 

Este nubarrón llegó en forma de noticia o lluvia ácida..., no lo tengo claro..., noticia de las que te fastidian el momento... el día... un mes... un año... lo dejamos mejor sólo en eso, ¿no?... A veces, además, estos nubarrones te muestran que no todo el mundo lo entiende, no todo el mundo lo siente, y es cuando, si te quedaba alguna duda, te das cuenta de que debes ser un bicho raro o vivir en otro mundo paralelo. 

Y puede que mañana todo se olvide, porque pasan cosas de las que hablar que parecen igual de importantes y ocupan las mentes de los ajenos, pero yo seguiré pensando que despierto de un mal sueño, que nunca pasará esto que parece que está pasando. No te vayas, poeta. 



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